lunes, 12 de noviembre de 2018

"33 Dodecaedros Intervenidos" Noche los Museos, Taller Kunan Pachá

El mito griego cuenta que Perséfone hija de Zeus y Deméter, se encontraba recogiendo flores con las ninfas. Súbitamente y acompañado de un estremecimiento de la tierra emerge Hades desde una gran grieta,avalado por su hermano Zeus, la rapta al inframundo. Deméter, inicia una angustiosa búsqueda de su hija, periodo en que  la tierra se vuelve estéril y las flores se marchitan por la ausencia de Perséfone.
Zeus se arrepiente de haber permitido a su hermano Hades rapte a Perséfone y pide a Hermes que la rescate. La única condición era que en el trayecto de regreso no comiese ninguna fruta; pero ya era demasiado tarde porque Hades la había persuadido comer seis granos de Granada con lo cual debería volver al inframundo los meses correspondientes a los granos comidos...
Esta leyenda da cuenta del ciclo de la tierra en sus seis meses fríos en las que Perséfone se encuentra en el Tártaro y los otros seis meses donde brotan los frutos y el sol es mas cálido, es cuando Perséfone sale al exterior.
La granada es el fruto por el cual Perséfone queda atada a volver una y otra ves al inframundo, iniciando el ciclo de las estaciones del año. 
La granada representa al dodecaedro ya que su semilla, inicialmente redonda, va alcanzando su forma característica o facetada, al crecer llenando el espacio interior del fruto. A Hermes se le atribuye la capacidad de dilucidar los símbolos y ser esclarecedor del lenguaje y sus interpretaciones, de ahí proviene la palabra Hermenéutica.

En el Timeo de Platón se relata el mito del origen del universo, donde el Demiurgo (Entidad impulsora del Universo), extrae desde el mundo de las ideas los elementos materiales. De esta forma trae el orden a partir del caos. Atribuye a cada elemento una figura representativa: Fuego = Tetraedro; Tierra = Hexaedro; Aire = Octaedro
Agua = Icosaedro. Al universo, el elemento ordenador, central y eje, la quintaescencia o éter para los alquimistas se le es atribuido el Dodecaedro. Estas figuras geométricas serán conocidas como los sólidos Platónicos.

Hoy, varios siglos después no juntamos a intervenir estéticamente 33 dodecaedros, abriendo espacio entre lo que son las cosas y lo que significan para nosotros. Indagando cómo llenamos de sentido imágenes y objetos. Intentando ordenar un mundo cada vez más caótico, contradictorio, hermético y desafectado. Renovando una empatía que parece perdida, desgastada o aplastada por la realidad, reconstruyendo un universo a partir de lo que podemos dar con nuestro intelecto, nuestras manos y el corazón.
Dar un nuevo sentido al universo, salir del desencanto.

Jorge Salas










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